Jesús, el quebrantador

Primera parte
En estos días, tras las causas climáticas manifestadas en todo el continente, y sorprendido por una palabra que escuché repetidas veces, pregunta que yo también me formulé, el Señor puso en mis manos respuestas a algunas cosas y quiero compartirlas para que otros también tengan esas respuestas que están buscando.
Quiero que cada lector tenga una palabra de dirección clara. En oración, y ayuno pueda tomar la palabra de Dios y encarnarla…
El apóstol Pablo nunca se comportó como una víctima, como un prisionero de los hombres… él era prisionero de Cristo, estaba muy unido a su Señor, a su amor y propósitos.
Muchos se preguntarán: ¿cómo lo logro yo a eso?; NO SE PREOCUPE. Usted no lo hará… lo hará El Padre de amor. El hace mucho más de lo que pedimos o entendemos. Pablo glorificó y exaltó a Dios porque sabía que TODAS sus necesidades y cada una de sus pruebas estaban en las manos de Aquel que lo puede TODO, el TODOPODEROSO.

Vea Miqueas 2:12-13
“De cierto te juntaré todo, oh Jacob; recogeré ciertamente el resto de Israel; lo reuniré como ovejas de Bosra, como rebaño en medio de su aprisco; harán estruendo por la multitud de hombres. Subirá el que abre caminos delante de ellos; abrirán camino y pasarán la puerta, y su rey pasará delante de ellos, y a la cabeza de ellos Jehová”.

Esta es una palabra profética, para cada uno de ustedes que desean madurar en su relación personal con Dios. Es una palabra de ánimo para todos aquellos que desean ir más allá de la sanidad de sus heridas para conquistar el corazón de Dios y tener una relación con Él sin velos ni obstáculos.
El Padre está recogiendo, reuniendo a los suyos en distintas latitudes, porque es su deseo llevarlos a la conquista, a un lugar, “al otro lado de la puerta” donde se encontrarán con Él.
Estoy seguro que usted desea atravesar la puerta y cruzar al otro lado. Y dejar de ser un niñito, un jovencito. Para ser un hijo maduro. Un verdadero heredero. Pero cuando esto está a punto de suceder ¡¡nos detenemos!! Nos quedamos estancados, el Padre nos ha estado sanando los corazones, las heridas del pasado, alimentándonos, fortaleciéndonos, pero aún así, ¡¡no hemos pasado al otro lado!!

LA PUERTA ES COMO EL JORDÁN,
DEBEMOS ATRAVESARLO PARA POSEER LAS PROMESAS

El Señor iluminó a través de su Espíritu Santo en estas palabras del texto: “El que abre caminos delante de ellos”. Y la palabra abre en este pasaje significa “romper, irrumpir”, es decir “Él abre caminos donde no los hay, quebrantando todo lo que obstaculiza”
Antes de la puerta hay una especie de lugar de espera, donde las heridas del pasado, memorias, experiencias dolorosas, nos detienen porque son barreras a la conquista, muchos se detienen esperando sanidad, soluciones a sus conflictos… Pero en ese lugar de espera, Jesús está dispuesto a quebrantar todo aquello que le detiene.

Hay una promesa enorme como un edificio, en la que debemos confiar, y creer… EL REY JESÚS ES EL QUEBRANTADOR, EL CRUZARÁ LA PUERTA, CRUZAREMOS CON ÉL Y JEHOVÁ IRÁ DELANTE DE TODOS COMO CABEZA. ¡PORQUE ÉL NOS LLEVARÁ A LA CONQUISTA!
Hay enemigos que debemos vencer para lograr esto: el primer enemigo es el temor, el segundo es la voz de la muerte, el tercer enemigo es la necesidad personal que cada uno acarrea.
No debemos tener temor porque con nosotros está Dios mismo como poderoso gigante (¡¡¡¡Crea esta palabra!!!!). La voz de la muerte es un sentir que roba las fuerzas, la vida, el aliento y el valor. Y esa obsesión personal, de economía, problema familiar, o ataque satánico etc., debe ser destruida y arrojada al abismo profundo, porque con nosotros está el QUEBRANTADOR.
Tengamos fe, en “el que quebranta” y cuando nos enfrentemos al espíritu de muerte que nos roba el aliento, creamos en las palabras que salen del aliento de “aquel que quebranta” toda obra del enemigo.

Veamos Job 37:2-5
“Oíd atentamente el estrépito de su voz, y el sonido que sale de su boca. Debajo de todos los cielos lo dirige, y su luz hasta los fines de la tierra. Después de ella brama el sonido, truena él con voz majestuosa; y aunque sea oída su voz, no los detiene. Truena Dios maravillosamente con su voz; Él hace grandes cosas, que nosotros no entendemos”.

¡Nada se puede comparar con Dios! Su poder y su presencia manifiestan la grandeza de un Dios con voz que truena, que ruge como el majestuoso “León de la tribu de Judá” ¡Las puertas de sus enemigos no prevalecerán! Porque el Rey Jesús, el Quebrantador romperá toda oposición de temor y de muerte. ¡Y usted cruzará al otro lado!
En la puerta seamos perseverantes, confesemos “el hará, el quebrantará”. Usted someta toda su vida al control de Él y oiga la voz del “Quebrantador”
Ahora veamos palabras proféticas para nuestras vidas que romperán el temor y la incredulidad de los corazones, aprópiese de ellas según el Espíritu Santo le dé testimonio:

REVELACION
“El joven Samuel ministraba a Jehová en presencia de Elí; y la palabra de Jehová escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia (con rompimiento)” (1 Samuel 3.1)
No había visión que quebrantara o irrumpiera, tal vez y casi seguramente no había corazones dispuestos no sólo a escuchar en la intimidad a Dios, sino a someterse a sus palabras para obedecerlas.

¡El quebrantador lo llevará a una comunión íntima con el Padre en la que usted recibirá una visión que romperá toda imposibilidad, toda limitación!
Recibirá visión espiritual, se afinará su visión con respecto a los propósitos de Dios y le serán reveladas las artimañas del enemigo, de manera que pueda ser quebrantado en su vida todo aquello que usted ignoraba con el poder del que “quebranta”. Su vida tomará una dirección dirigida y proyectada a la madurez, a la conquista, a la paz, al reposo y a la efectividad en Cristo Jesús. Sus amigos verán el cambio, porque la revelación (el entendimiento de los secretos de Dios) afectarán su vida de manera que usted se atreva a creer cada día más, que en la comunión íntima con el Padre, usted recibe lo que siempre quiso ser y no podía lograr. ¡Un conquistador hambriento de la comunión íntima con Dios, en la que la revelación y la visión lo conviertan en un cristiano intrépido!


EXPANSIÓN

Isaías 54.3:
“Porque te extenderás (romperás) a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredará naciones, y habitará las ciudades asoladas”.

Esta es una promesa de expansión para heredar ciudades asoladas, es decir, un territorio “destruido” por el enemigo. “El Quebrantador” lo llevará a tomar posesión de lugares, experiencias y situaciones en las que Satanás lo destruyó, lo despojó y lo humilló. El lugar de su peor derrota, quebranto e impotencia será el lugar de su más poderoso testimonio.
(Condensado del libro de David Greco: “Sanados para conquistar” Grupo Nelson, 2007. Colaboración de Ezequiel Blanco)

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