Un avivamiento entre indígenas argentinos cambió al ministerio de David Wilkerson en Nueva York

Tomado de la edición del 5 de mayo de 2011 del sitio web "pulso cristiano":

"El siguiente relato fue compartido a Pulso Cristiano por Norberto Saracco, pastor de la Iglesia Buenas Nuevas y director de FIET:

"Era el 25 de mayo de 1956. En ocasión del feriado de la fecha patria argentina el misionero Clifford Long realizaba una serie de reuniones especiales en la localidad de Pampa del Indio, en la hoy provincia del Chaco. HacÍa diez años que Long habÍa llegado a la Argentina junto a su esposa y dos hijas, en respuesta a un llamado misionero de John Lagar, lÍder del avivamiento entre indÍgenas argentinos en la dÉcada del '40. Long, que siempre tuvo problemas para aprender la lengua española, mÁs que predicar leÍa textos bÍblicos. En el servicio de ese 25 de mayo Long leyó el texto de IsaÍas 53:4-5: 'Él llevó nuestras enfermedades…y por sus llagas fuimos nosotros curados'. Sintió 'algo especial' en la atmósfera del culto y volvió a leer siete veces el mismo texto. Durante su lectura los indÍgenas comenzaron a ser sanados. El caso mÁs conmovedor fue el de un joven totalmente tullido, acostado en el piso, que de repente se levantó saltando y gritando: 'estoy sano'. Long volvió a Resistencia, donde vivÍa, y pocos meses despuÉs, en agosto, algo similar tambiÉn ocurrió allÍ. Personas que se acercaban al pequeño lugar de reunión comenzaron a ser sanadas y varios paralÍticos volvieron a caminar.

En poco tiempo, miles de personas, la mayorÍa indÍgenas pero tambiÉn de todos los estratos sociales, se agolpaban dÍa y noche para recibir algo de Dios. VenÍan de toda Argentina, Paraguay, Uruguay y Brasil. Un dÍa, la esposa de Long le escribe a una de sus hijas contÁndole estas cosas. Ella asistÍa a una pequeña iglesia en Filadelfia pastoreada por un jovencito de nombre David Wilkerson.

En el culto del domingo esta joven pide permiso para leer como testimonio la carta que habÍa recibido de su madre. Su pastor (Wilkerson) queda conmovido al escuchar el relato y decide viajar a la ciudad de Resistencia, en Argentina. Dios acababa de poner en su corazón el desafÍo por los jóvenes drogadictos y alcohólicos de Nueva York. Wilkerson vino a Resistencia, vio y volvió a su ciudad. Al llegar dijo: 'Si Dios es capaz de hacer lo que he visto en el Chaco argentino entre los indÍgenas, es capaz de hacer algo asÍ en Nueva York'. Movido por esta fe se lanzó de lleno a su ministerio.

Nadie en Argentina ha sabido de esta visita. En 1987 me relató este episodio la esposa de Long. Hace pocos años, cuando Wilkerson visitó por última vez Argentina pude compartir una cena con Él. AllÍ le preguntÉ por esto, a lo que Él me respondió: "AsÍ fue"

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