Recordar la grandeza de Dios es nuestras vidas

(Esta Palabra fue predicada el 30 de diciembre de 2009 en Congregación Cristiana de Esquel).

Antiguamente el pueblo de Dios ofrecía diferentes ofrendas. Es de lo más íntimo de nuestro ser que ofrecemos gratitud: ofrenda agradable al Señor. El ofrecerlo voluntariamente para agradar a Dios, sin otro motivo que movidos por el amor. La obediencia y amor de Abraham produjeron la respuesta del Señor: "Siempre que sacrifiques para mí, yo te pondré un carnero en el zarzal."¡Qué no producirá una grata ofrenda nuestra en el corazón del Señor!¡Nunca estaremos desprovistos!

El Señor nos conoce y nos ama y quiere enseñarnos como su pueblo. Veamos Deuteronomio capítulo 8:

Vs. 1: El Señor nos enseña a ser obedientes, a estar atentos.
Vs. 2: El desea que recordemos nuestro camino pero con una mirada puesta en su obrar...
Vs. 3: Este versículo lo citó Jesús. También debemos recordar la provisión de la Palabra de nuestro Dios en momentos de aflicción: "Tú eres mi pan..."
Vs. 4: Por lo general nos resulta dar por sentada la provisión de Dios. Casi nunca se nota o agradece a Dios que el auto no se descompuso por mucho tiempo, como nuestra ropa no se desgasta, ni se rompen las herramientas. Al parecer, el pueblo de Israel, tampoco. ¿Qué cosa nos ha brindado buen servicio? ¿Qué artefacto nos duró mucho tiempo sin descomponerse?
Vs. 10: No olvidemos a Dios cuando veamos nuestros deseos y necesidades satisfechos.
Vs. 11-20: En épocas de abundancia nos acreditamos nuestra prosperidad y nos volvemos orgullosos de nuestro trabajo e inteligencia. Es fácil cuando logramos tener lo que queremos, hechar a Dios de nuestras vidas...
Pero Dios es el que nos dio todo y nos dará y El que nos pide que se lo administremos.

¡Olvida el peso del pecado, lo cargó Cristo! No olvides de agradecer a Dios.

Estamos en el umbral de otro año. Puede ser un año de muchas experiencias benditas. sigue al que va delante, al que caminó delante de su Pueblo en la antiguedad, luz conductora, protección constante, amigo y consejero infalible, todopoderoso Salvador.


Cuando las sombras se profundicen y el temor cabalgue sobre los lamentos del viento: cuando llegue el dolor y caminemos por diferentes dificultades, cuando el gozo nos salude a lo lejos, y nuestro camino esté soleado, recordemos cómo nos ha guiado en el pasado y sabremos que todo anda bien, cuando veas todo oscuro, cuando te sientas oprimido, olvida lo que queda atrás, y procura alcanzar el gozo que hay por delante. Pablo dice: "Prosigo al blanco". En esto hay urgencia y no se puede permitir que nada estorbe el progreso del que corre.

Por eso, al afrontar los días que vienen recuerda que cada día está más cerca el regreso de nuestro Señor, "despojémonos de todo peso", y "prosigamos al blanco", con sencillez de corazón, "puestos los ojos en Jesús". Terminemos recordando el camino andado como ofrenda de gratitud. Pongamos nuestros pies en el año nuevo puestos los ojos en Jesús el autor y consumador de nuestra Salvación.

Ana Blanco

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