El orden de Dios para la familia

1- Dios creó al hombre (varón y hembra) a su propia imagen (Gn. 1:26-28). Dios creó al ser humano hombre y mujer, no a un individuo solitario, sino a dos personas. Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo y nos creó espíritu, mente y cuerpo.

2- La identidad familiar está en Dios (Ef. 3:14-15). El nombre de la "familia" pertenece a Dios y El lo extiende al hombre y a la mujer.

3- Jesús y el Padre son un modelo de la relación para el matrimonio. (1a. Cor. 11:3). Cuando la Biblia muestra cómo se relacionan Jesús y el Padre, revela el tipo de vínculo que debe existir entre esposo y esposa. El esposo sujeto a Cristo y la esposa sujeta al esposo.

4- Cristo y la Iglesia como modelo de las relaciones entre el esposo y la esposa (Ef. 5:22-33). El esposo divino sirve de modelo al marido, la Iglesia sirve de modelo a la mujer. Los esposos, tanto el hombre como la mujer, tenemos un modelo muy elevado al que debemos aspirar y al que podemos llegar por la gracia de Dios en Cristo.

5- Las actitudes hacia Dios determinan las acitudes hacia el cónyugue (1a. P. 3:1-7). Los cónyugues deben continuar desempeñando su papel, sin reparar en las dificultades. El testimonio de la esposa cristiana gana al esposo inconverso. El trato amoroso del esposo a la esposa, abre el cielo para responder las oraciones de éste y lo contrario deja sus oraciones sin respuesta.

6- Los esposos y las esposas son llamados a actuar según el orden divino. (Col. 3:18, 19, 23,24). Los roles en el matrimonio no se escogen ni lo señalan las culturas. Dios lo ha ordenado.

7- El perdón puede salvar y transformar un matrimonio. (Os. 2:16,17,19,20). El matrimonio es un estado en el que gente imperfecta se hiere mutuamente. El perdón puede hacer que el poder redentor de Dios, transforme el matrimonio. Israel es infiel a Dios y se va tras los ídolos, se prostituye espiritualmente, por eso Dios le dice a Oseas que se case con una prostituta para mostrar así esta realidad que viene a sanarse y restaurarse con el perdón. Dios perdona y restaura a Israel.

8- Tres aspectos del sexo: Unidad, símbolo de amor, reservado para el matrimonio (1a. Co. 7:3,4). El sexo es un poderoso símbolo del amor, es deleitoso dentro del matrimonio, fuera de él es destructivo. Es una bendición cuando los esposos y las esposas entienden que no son dueños de sí mismos, sino el uno para el otro.

9- El esposo: canal de provisión y protección (Is. 54.5). Dios es el proveedor y protector; el esposo que alce su mirada a Dios y esté sujeto a Cristo, será un canal, un instrumento a través del cual proveerá y protegerá a la familia.

10- Dios respalda el pacto matrimonial y aborrece la infidelidad. (Mal. 2:13,14,16). Dios aborrece la infidelidad porque Dios es Fiel y es Santo. El matrimonio de hijos de Dios es el reflejo del amor y de la fidelidad de Cristo para con su Iglesia amada. Dios con su poder y autoridad detiene a todo enemigo que intente amenazar el matrimonio.

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