Esta, la paramos de pecho

Tomado del blog del Pastor Guillermo Prein

Silenciosamente sancionada el 9 de febrero de 2011, la Ley Anti Sectas de la provincia de Córdoba ya cuenta con la primera víctima que demuestra el verdadero objetivo de la norma y de sus ocultos impulsores: EL PASTOR MARCELO NIEVA y la CONGREGACIÓN BAUTISTA de RÍO III.
Momento para salir del letargo y advertir: este es el pretendido marco legal para ejecutar la persecución anhelada sin que nadie pueda argumentar nada en su defensa por sus creencias.
Defendiendo a nuestro hermano nos defenderemos todos.

Aquella mañana, sin siquiera poder comenzar la mateada, fuimos sorprendidos por la vehemencia y avidez de las noticias en las que cada tres palabras se repetía el termino “secta”. Nos miramos con mi amigo, el pastor Julio López, y dijimos casi al unísono: “esta, la paramos de pecho… esto termina en nosotros…”.

UN POCO DE HISTORIA
La última dictadura cívico-militar, que para muchos fue cívico-clérigo-militar, el 10 de febrero de 1978 dictó la Ley 21.745, firmada por Jorge Rafael Videla y Albano Harguindeguy… Conocida como “Ley de Cultos” dividió el mundo religioso argentino en dos grandes grupos: católicos y no católicos. Amuchados en el gueto jurídico que nos hacina hasta hoy, se nos obligó a los NO integrantes de la religión estatal a re-empadronarnos en el fichero de cultos. Todo un meta mensaje: ficharnos en épocas de tiranías y purgas sociales.
Dicha norma, de tan solo 338 palabras, establece que el Poder Ejecutivo puede darle vida o muerte a la religión que quiera tan solo por su arbitrio y con la firma de un Decreto.
Llegada la democracia, la explosión de crecimiento numérico y el fervor evangelizador de las Iglesias Evangélicas, provocó una cruel persecución mediática. Aquella Ley que amparaba cualquier persecución no podía ser aplicada por su origen espurio. Fue entonces cuando cambió la táctica: haciéndose uso de todo el peso peyorativo y tenebroso que contiene el apelativo se apellidó sectas” a todas las Iglesias y grupos que preocupaban a la religión oficial por su crecimiento explosivo, dándose así, el inicio a un ataque constate y sistematizado desde todos los medios de comunicación en aquella hora en manos del Estado.
Sepa disimular mi torpeza interpretativa, dado que pulcramente jamás el clero romano emitió opinión alguna… fueron periodistas fugaces quienes se encargaron de la tenebrosa misión.
EL SEGUNDO CAPÍTULO
Tras múltiples y nefastos fallidos intentos –en estos 30 años de la nueva etapa democrática se intentó promulgar leyes de cultos que “regulen” convenientemente la libertad religiosa de las personas y su organización en instituciones religiosas y creencias NO oficiales–, se encontró una nueva veta.
Amparada en crueles historias de vidas destrozadas por el accionar de grupos inescrupulosos que bajo cualquier camuflaje buscan someter a sus adeptos, violando las leyes y códigos jurídicos argentinos e incluso la Constitución Nacional, el 9 de febrero de 2011, se dictó en la provincia de Córdoba la Ley 9891 Anti Sectas (1).
Sospechosa casualidad: esta nueva norma nació el día previo a la que la actual e inservible Ley 21.745 “Videla” de cultos, cumpliese 33 años.
Lo ambiguo de la nueva Ley permite que cualquier religión, creencia, filosofía o grupo de personas unidas con un fin determinado, contradictorio o amenazante para el poder de turno o la religión oficial, sea simplemente denunciada porque un familiar, tutor, administrador, heredero o pariente hasta el 4to grado de consanguineidad, se sienta“ofendido”.
No nos equivocamos con Julito; antes que cambiar la yerba del mate, ya se había sancionado –a libro cerrado – la cordobesa Ley Anti Sectas.
Inconstitucional (2) por donde se la mire, es una normativa que busca perseguir a todos los que son diferentes, pues para los delitos atribuidos a las “sectas” o grupos de asociación ilícita, como debería legalmente denominárselos, existe legislación contundente en nuestros códigos legales.
Conseguido el marco legal para la persecución, la primera víctima fue la Iglesia y el pastor bautista de la ciudad de Río III, MARCELO NIEVA, que en su labor de contención y lucha por la liberación de drogodependientes y el amparo a las víctimas de violencia familiar tocaron intereses de poderosos en terruños donde el flagelo de la droga y los abusos supera en datos porcentuales a los de los países más afectados por la violencia de clanes traficantes (Nota principal de la primera plana del diario Perfil del sábado 26 de octubre de 2013).
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