EL AYUNO Y LA ORACION HERRAMIENTAS PARA EL AVIVAMIENTO

Palabra predicada el miércoles 10 de agosto de 2011 en Congregación Cristiana de Esquel, preparándonos para la cadena de ayuno y oración nacional argentina. Se utilizó (aparte de la Biblia) el aporte del libro "40 días de ayuno y renovación personal", de "Argentina oramos por vos".


Isaías 1.23; Miqueas 7.1-7; Colosenses 3.1-3

La situación de nuestra querida Argentina no puede dejar de inquietarnos y conmovernos, no podemos ser indiferentes. El 30% de la población está bajo la línea de pobreza, la corrupción está fuertemente arraigada en nuestro sistema de vida, aumenta la delincuencia, la inseguridad. Ha bajado edad de la iniciación en el consumo de alcohol y las drogas, los adolescentes se inician sexualmente más temprano, aumentando así también los abortos, las mamás niñas y el drama de la ruptura familiar; divorcios, separaciones, ensambles….
Pero la Argentina no sólo consume drogas, sino que las produce y es el mayor consumidor de cocaína de Latinoamérica. La justicia y el derecho se han torcido para favorecer a los delincuentes y a todos los que desean andar a contramano de las leyes de Dios.
Nosotros somos la Iglesia, el Cuerpo de Cristo, luz en medio de la oscuridad, llamados y escogidos para ser santos y reflejar a Cristo. No permaneceremos indiferentes a esta dolorosa realidad de la cual sólo cité algunos pocos elementos.
Nuestra forma de revelarnos contra esta deplorable situación espiritual no será cortando calles ni tocando el bombo, será AYUNANDO Y ORANDO.
Declara la Biblia: Sabemos que somos de Dios y que el mundo entero está bajo el maligno.” 1ª. Juan 5.19), y que su trabajo es “engañar a las naciones” (Apocalipsis 20.3-8).
Una de las maneras más eficaces aparte de predicar el Evangelio, es romper las ligaduras y ataduras, el control y hegemonía del diablo, por medio del ayuno y la oración. El ayuno y la oración perseverantes, en unión con otros hermanos en la fe, traerán resultados asombrosos y podremos ver un cambio en nuestra nación argentina.


¿Qué es el ayuno?
El ayuno es una herramienta espiritual que Dios nos da para preparar nuestra vida. El ayuno nos pone en las condiciones espirituales para recibir lo que Dios quiere darnos. Dios desea que todos sean salvos y que las estructuras sociales pecaminosas sean transformadas. Así que Dios está de acuerdo con nuestra petición. Para que haya Avivamiento, lo cual es una verdadera transformación, somos nosotros los que tenemos que cambiar. “Soy yo quien debe cambiar”.
Al ayunar nos disponemos a implementar una disciplina espiritual que nos modifique a nosotros y al orar, le pediremos a Dios por ese Avivamiento, pero sobre todo oiremos, OIREMOS, en qué necesitamos cambiar, para que el Avivamiento venga.
El Espíritu del ayuno no es cambiar a Dios, sino que el ayuno te ayude a cambiar a vos, a que te pongas en armonía con Dios y te prepares para recibir lo que Dios quiere darte.

De qué manera el ayuno nos prepara
1) Nos prepara siendo de ayuda para concentrarnos en Dios y en la oración. Me determino a no distraerme siquiera con la comida para concentrarme en Dios y orar.
2) Nos prepara rompiendo cadenas en nuestras vidas. Afligimos el alma. Nos humillamos delante de Dios. El cuerpo se priva de comida, el alma se humilla delante de Dios. Al humillarnos y pedir perdón a Dios por nuestros pecados personales y como nación, empiezan a romperse cadenas.
3) Nos prepara porque nos lleva a orar más de lo habitual. Esto es obvio. Ayuno sin oración es pasar hambre solamente. El ayuno tiene sentido cuando sirve para apartarnos de comer, y otras cosas, para orar.
4) Nos prepara porque al apartarnos para buscar a Dios, El se revela. Nos muestra nuestra condición, nuestro pecado, nos muestra lo que El quiere para nosotros, lo que hará en nuestras vidas, nos da Palabra y promesas.
5) El ayuno aumenta nuestra Fe para interceder. Dios dijo que algunas cosas solamente se romperán con oración y ayuno, (Marcos 9.29).
6) El ayuno aumenta nuestra seguridad y nos da paz cuando sabemos que oramos en obediencia a lo que Dios enseña en su Palabra, y volvemos a orar, y volvemos a hacerlo varias veces en el día, nuestra mente se concentra no en la situación del país, sino en el poder de Dios, y entonces nuestro corazón puede descansar en que Dios manifestará su gloria en la Argentina.
7) El ayuno rompe con nuestra autosuficiencia, al aumentar nuestra dependencia de Dios. Al apartarnos de comer, mirar televisión, navegar en internet, escuchar música, estamos demostrando que dependemos de Dios y nos alineamos con su voluntad: traer un Avivamiento a la Argentina.
8) El ayuno nos hace responsables del cambio. Al determinarnos a orar y ayunar nos ponemos en la brecha, nos hacemos cargo de la situación de nuestra nación y de su cambio.
9) El ayuno en conjunto con todo el pueblo de Dios a lo largo y ancho del país produce un efecto que hará un gran impacto en las esferas espirituales. Jesús enseñó; si dos o más de uds. se ponen de acuerdo en lo que piden, les será hecho. El ponerse de acuerdo es hacer un pacto de oración unos con otros, y delante de Dios, esto se transforma en clamor y una y otra vez la Palabra de Dios enseña que Dios escucha el clamor de su pueblo.
10) El ayuno nos da disciplina. Aumenta nuestro dominio propi. Podemos controlar nuestra búsqueda de autogratificarnos, para privilegiar a Dios. Cuando privilegiamos a Dios, cuando ponemos en primer lugar el Reino de Dios, todo lo demás vendrá añadido.

Cómo ayunar – Distintos tipos de ayuno
1) El ayuno de Ester. Consiste en no comer ni beber. (Ester 4.16). Ayuno muy poderoso y duro para los no acostumbrados a ayunar.- No recomendable para los que recién empiezan.
2) El ayuno de David. (2ª. Samuel 14.24). Ayuno de comida, es el más común. No se comen alimentos pero sí se toma agua. Puede durar un día o más.
3) El ayuno de Saúl. (1ª Samuel 14.24). Sólo de comida y dura de la mañana hasta la noche. Es un buen ayuno para el que comienza. Uno se priva de desayuno, almuerzo, merienda para separarse a orar. A la noche entrega el ayuno y puede cenar.
4) El ayuno de Daniel. (Daniel 10.2-3). Ayuno de varios días, en este caso de 21 días. Daniel se privó de alimentos delicados, no comió carne, ni tomó vino ni se puso perfume. Buen ayuno para quienes han ayunado dos o tres días y quieren probar uno de más tiempo de duración. Buen ayuno para hacer en familia y que incluso los niños ayunen. En el libro de Joel (2.16) hasta los niños de pecho debían ayunar junto con todo el pueblo pidiendo la restauración. Así como Daniel se priva de algunos alimentos uno puede explicarles a los niños lo que se va a hacer, y qué alimentos ellos están dispuestos a sacrificar (golosinas, gaseosas, alguna comida) por un día o más para orar por su Argentina. El ayuno incluye dejar los diarios, la radio, la música mundana, la televisión, la internet, deportes… dejar de hablar también, sí; un ayuno de hablar. Estas prácticas, guiadas por el Espíritu Santo son de gran bendición, no lo haremos en el poder de nuestras fuerzas. Aumentarán nuestro dominio propio y disciplina.

Vemos otro tipo de ayuno por último: El ayuno de Esdras (Esdras 8.21-23,31). No es un ayuno individual, sino colectivo, nacional con un clamor en unidad, como el que vos y yo y muchos compatriotas más a lo largo y ancho de la Argentina comenzaremos el domingo 4 de setiembre. Pediremos un camino derecho para Argentina, nos arrepentiremos de nuestros pecados y de los pecados que como nación cometemos, bendeciremos a nuestras autoridades, a nuestro pueblo, oraremos por las autoridades, ayunando.

Primero que nada, de aquí al 4 de setiembre, no dejes de hacer alguno de estos tipos de ayuno los días miércoles que la congregación ayuna, así lo hacemos en unidad y nos fortalecemos como cuerpo.

Comenzá a ayunar de televisión, ésta es una causa por la cual muchos corazones se enfrían, y comenzó a buscar más a Dios y a consagrarte por entero a El.

Si no lo hicieres, Dios y la Patria te lo demandarán. Si lo hicieres, Dios será glorificado y la nación Argentina vivirá un Avivamiento como nunca antes vivió. La corrupción será cosa del pasado, habrá tremendos cambios en la sociedad, vendrá un tiempo de transformación y Dios será glorificado en su Iglesia!
¡Amén! ¡Amén! ¡Y Amén!

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