Edificando sobre la Roca

Mat 7:24 -27 “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.
Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.
Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina”.

Tenemos aquí dos tipos de constructores; uno el prudente, otro, el insensato.
Dos elecciones diferentes,
Dos resultados distintos,
Dos tipos de suelos bien diferentes.


¿Quién es el constructor prudente?
Es el que oye la Palabra de Dios y la obedece.
Es aquel que no tan sólo es oidor, sino hacedor de la Palabra de Dios. El oír la Palabra necesita ir acompañado de un corazón preparado, dispuesto, una mente que tiene hambre y sed de Dios.

Uno de los nombres de Dios es “Roca”. En Génesis la Biblia declara de Dios: “…la Roca de Israel.” (49.24). El salmista declara: “Jehová, roca mía…” (18.2). Dios es la Roca, se lo menciona así cinco veces en un cántico del Antiguo Testamento, (Deuteronomio 32.4, etc). “…y la roca era Cristo”, afirma Pablo en una de sus cartas. (1ª Corintios 10.4). No quedan dudas quién es la Roca.

El prudente elige edificar sobre la Roca que es Cristo, la piedra fundamental de la Iglesia, la piedra sobre la cual hay que edificar la vida, el matrimonio, la Iglesia, la casa.

¿Quién es el constructor insensato?
El que oye la Palabra de Dios y no la obedece, se conforma con oír y vuelve a su casa satisfecho, le gusta ser bendecido pero luego vuelve a su estilo de vida mundano, religioso, viviendo como le sale, sin tener en cuenta a Dios en la vida real.
Escuchó la Palabra pero no preparó su corazón. Es solamente oidor. Elige edificar su casa sobre las arenas movedizas de este mundo. El constructor insensato no tiene base firme en su vida.

El constructor prudente, el que decidió hacer su casa sobre la Roca, el que se decidió por la base firme que es Cristo y allí cavó sus cimientos y colocó las bases, tuvo un resultado conforme a su decisión.

“La lluvia, los ríos y los vientos” son comunes a lo que edificaron tanto el prudente como el insensato. Los problemas, las aflicciones de este mundo, las enfermedades, las pruebas, luchas y todo tipo de dificultades vienen a dar tanto contra la casa que edificó el prudente como contra la que construyó el insensato.

Todo este tipo de cosas que acabamos de enumerar las tiene que enfrentar tanto el hijo de Dios como el inconverso.

Lo que marcará la diferencia en el resultado final, será el fundamento sobre el cual has construido.

Un fundamento no es lo que otros normalmente ven. Uno mira una casa y no ve los cimientos, porque están bajo tierra, no se ven pero están. Muchas veces nos enfocamos en el aspecto público de nuestra vida, lo que otros ven, en vez de enfocarnos en nuestra vida privada, lo que sólo Dios ve. Lo que somos cuando estamos solos, lo que nadie ve pero Dios sí ve.

Decimos: “Cristo es el fundamento, Cristo es la Roca”, pero esto no es tan sólo una declaración. Vamos a ver 3 elementos que tienen que ver con Cristo, o son parte de este fundamento que es Dios, este cimiento firme, estable, hay otros pero hoy vamos a ver tan sólo 3 que son muy importantes.

1) La Palabra de Dios
Colosenses 3.16 nos dice que la Palabra de Dios more en abundancia en nosotros.
La verdad sobre la vida se encuentra en la Palabra de Dios, no en nuestros sentimientos o circunstancias, no en lo que siento o cómo me siento.
Pablo declara en la carta a Timoteo que son las Escrituras las que nos enseñan, nos redarguyen, nos corrigen, nos instruyen en justicia. (2º. Timoteo 3.16-17).

Cuando vienen las tormentas de la vida; ¿a dónde vamos en busca de ayuda? ¿Estamos escudriñando la Palabra cada día? ¿Estamos invirtiendo tiempo en la Palabra de Dios?

2) La oración
La oración es hablar con Dios, es relacionarnos con El a través de Jesucristo, orar a Dios en el nombre de Jesús.
La Palabra de Dios nos manda: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.” (Filipenses 4.6).
Dios desea que desarrollemos una vida de oración en nuestro lugar secreto, en nuestra habitación privada.
Posiblemente muchas veces el eslabón más débil de nuestra vida espiritual sea la oración, o mejor dicho; la falta de oración.

Somos activistas por naturaleza, vemos la oración como una interrupción a todo lo que queremos hacer.
Sin embargo, Jesús con todo lo que vino a hacer, a menudo salía de entre la gente, dejaba sus discípulos “y se iba a un lugar desierto, y allí oraba”, (Marcos 1.35).

¿Estás orando?
¿Tenés un lugar privado para orar a Dios cada día?
¿Cuánto tiempo estás dedicando a la oración diariamente?

3) El Espíritu Santo
Es fundamental ser llenos del Espíritu Santo. La Biblia nos dice: “No se emborrachen con vino, que lleva al desenfreno. Al contrario, sean llenos del Espíritu.” (Efesios 5.18).
La versión Reina Valera dice “no se embriaguen con vino”, que viene del idioma griego que quiere decir “estar lleno”.
La Palabra de Dios nos está alentando a llenarnos del Espíritu Santo.

Dios es nuestra fuente de poder, debemos permitirle al Espíritu Santo vivir en nosotros para poder dar mucho fruto.

La Biblia declara que nosotros no somos capaces de hacer algo por nosotros mismos, sino que es Dios quien nos da la capacidad de hacerlo. (2º Corintios 3.5).
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. (Filipenses 4.13).

Ahora veamos los resultados finales de las decisiones que tomaron dos tipos de constructores: uno prudente, otro insensato. Los resultados finales de construir uno sobre la arena, el otro sobre la Roca que es Cristo.
Cómo estas construcciones enfrentaron –y aquí podemos ver la casa como una figura de la vida, de nuestras vidas- cómo enfrentaron “la lluvia, los ríos, el viento”, o sea, las adversidades, las aflicciones, los problemas y las dificultades.

1) La casa del insensato no resistió cuando vinieron la lluvia, los ríos y soplaron vientos y dieron con ímpetu contra ella.
La casa se cayó completa.
Y fue grande su ruina.

Actualmente hay matrimonios destrozados, familias desunidas, vidas sin rumbo, personas sin fundamento estable, cayendo en la ruina.
¿Por qué? Porque han elegido las arenas movedizas de este mundo para edificar. Terreno fácil, blando, no hubo que trabajar mucho para cavar y poner los cimientos.
La religiosidad en cierto sentido es fácil, descansa en todo lo que el hombre cree que debe hacer para estar bien con Dios. Entre otras cosas, asistir a reuniones, oír la Palabra y no permitirle a Dios obrar un cambio en el corazón. Oidores y no hacedores.

2) La casa del prudente. Cuál fue el resultado. “Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó porque estaba fundada sobre la roca.”

Aquí hubo un trabajo que hacer. El evangelio de Lucas dice que este hombre cavó y ahondó en la roca. Seguramente no le fue fácil la tarea. Tuvo que invertir tiempo, esforzarse, perseverar, mantenerse firme en construir sobre y EN la roca, mientras veía a su vecino avanzar más rápido que él al construir en la arena. Tuvo que no desanimarse. Tuvo que orar, leer la Palabra, buscar a Dios, llenarse del Espíritu Santo.
Y enfrentó todas las adversidades y prevaleció porque si todo el mensaje se debe resumir en una corta declaración podemos decir para ya ir concluyendo: ES NECESARIO HACER LA VOLUNTAD DE DIOS, ESTO ES, CUMPLIR CON LO QUE DIOS NOS HA DICHO QUE HAGAMOS.

En estos tiempos todo será y ya lo es, conmovido, nada que no sea de Dios permanecerá. Las potencias mundiales están sucumbiendo, las grandes figuras públicas mundiales están cayendo, los dictadores más poderosos están siendo echados, los sistemas financieros y monetarios quiebran, los equipos de fútbol llamados “grandes” o “candidatos” también están cayendo. La tierra entera está temblando y sacudiéndose.

¿Quién permanecerá en pie entonces?

Sólo permanecerá quien esté fundado en la Roca, en Cristo. En El somos y nos movemos, de El viene el poder de Dios, la gloria postrera mayor que la primera en su Iglesia, sin Cristo nada, en Cristo y por Cristo todo ahora y siempre, ¡Amén!

Comentarios

Entradas populares de este blog

Es tiempo de buscar a Dios, es hora de volverse a El

Profeta Hernán Acosta visita Esquel

¡Sigue adelante! ¡Persevera! ¡No te rindas!