Una opinión y propuesta sobre la situación de "Guardería Mi casita"

No hace muchos días se dio a conocer en nuestra Esquel, la situación de la "Guardería Mi casita" fundada por los pastores Lennart Englund y su esposa a la que todos cariñosamente llamamos "Gunita".

Actualmente allí desayunan almuerzan y merendan alrededor de 80 chicos. Hay personal que atiende a estos niños y no solamente se les sirve alimento sino que se los contiene al brindarles amor y enseñarles los valores supremos del Evangelio de Jesucristo.

Muchos que hoy ya son hombres y mujeres de bien, pasaron por la guardería. Hoy nuestro hermano Lennart ya no está entre nosotros y su esposa sigue llevando adelante la obra que ellos habiendo venido de Suecia, su país natal, fundaron a orillas del arroyo Esquel.

Ciudadanos de aquel país europeo por años contribuyeron para sostener esta obra de amor. Hoy con la crisis que golpea fuertemente Europa y el mundo entero, las donaciones bajaron drásticamente y es hora que agradezcamos a Dios y a estas personas por lo que dieron y nosotros asumamos el ocuparnos de nuestro prójimo y no salgamos a dar la respuesta de Caín: "¿Acaso soy yo guarda de mi hermano?".

Cuando digo "nosotros" me refiero a la comunidad de Esquel que ya se está movilizando para llevar adelante acciones sustentables en el tiempo que signifiquen la continuidad de esta hermosa obra de Dios.

Pero más que al común de la gente este "nosotros" se refiere a aquellos que nos identificamos como "cristianos", "hijos del Rey", "discípulos de Cristo", hijos del dueño del oro y de la plata. Solemos predicar: "más bienaventurado es dar que recibir", enseñamos el amor práctico y sin dudas lo vivimos aún con todas nuestras fallas y falencias.

Nosotros, la Iglesia de Cristo en Esquel debemos pensar que si Jesús tuviera que elegir HOY, hoy domingo 28 de junio de 2009, si El tuviera que elegir -pienso yo- entre las alabanzas que con gran despliegue de equipos de sonido, instrumentos, etc. se elevan en su nombre, y dar de comer al hambriento como lo hizo en aquellas dos ocasiones en que multiplicó los panes y los peces y nadie se quedó con hambre, sin lugar a dudas Jesús eligiría esto último.

Es hora entonces que no miremos para otro lado, es momento de arremangarnos y unir fuerzas, no es de valientes tirar la responsabilidad a otros, nosotros somos los que tenemos que poner. Jesús preguntó qué era lo que tenían y con eso que parecía tan poco, dio de comer a miles en dos ocasiones. La iglesia en Esquel tenemos más que cinco panes y dos peces.


En cuanto a nuestra Congregación ya hemos iniciado una campaña que procuraremos mantener en el tiempo...

EB

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