Las diez vírgenes


Esta palabra está basada en el Evangelio de Mateo 25:1-13 y en 1a Tesalonicenses 5:1-11.

Una hermosa y dramática historia sacada de la costumbre de los judíos en las solemnidades matrimoniales. Según ésta, el novio, acompañado de sus amigos se dirigía de noche a la casa de la novia para tomarla durante la celebración de ciertas ceremonias religiosas, luego los dos se iban con los acompañantes a la casa del novio para seguir celebrando solemnemente y tener el banquete o fiesta de bodas. Parece que acá se trata de la segunda parte de la fiesta.

El esposo es Jesucristo, su esposa es la Iglesia, y de las 10 vírgenes, cada una con sus lámparas, tenemos 5 prudentes, previsoras, sensatas, tenían lámparas con aceite y vasijas con aceite de reserva. Luego 5 vírgenes insensatas, descuidadas, estúpidas, tenían sus lámparas con aceite y nada más.

El esposo, Jesucristo "se tarda"; existe una aparente demora en el regreso de Cristo, pero el apóstol Pedro en su segunda carta, (3:3), nos dice: "En primer lugar, tomen en cuenta que, en los últimos días, vendrán algunos que sólo pensarán en sus malos deseos. Se burlarán de ustedes y les preguntarán: "¿Qué pasó con la promesa de que Jesucristo regresaría? Ya murieron nuestros padres; ¡y todo sigue igual que cuando fue creado!"

Son ignorantes, necios, burladores (irán de mal en peor) tienen el entendimiento entenebrecido.

"No saben que para el Señor un día es como mil años y mil años son como un día. No es que Dios sea lento, como algunos piensan. "Lo que pasa es que Dios tiene paciencia con ustedes, porque El no quiere que nadie muera, sino que todos vuelvan a obedecerle." (2a Pedro 3:8-9).

La lámpara encendida es tu vida dando luz, danto testimonio de un Cristo vivo y que vive en ti.

El aceite es el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.

Aquí en la parábola el esposo tarda en llegar entonces todas las vírgenes tanto las prudentes como las otras, dice la Palabra que comenzaron a cabecear y a dormirse. Me recuerda cuando Jesús necesitaba que sus discípulos oren, El estaba próximo a ser sacrificado y necesitaba que velen y oren, pero nuestros amigos se durmieron y el Señor tuvo que reprenderlos.

Mientras dormían, quizás no era un sueño muy profundo, mientras cabeceaban, yo creo que las lámparas eran sostenidas en sus manos por estas muchachcas, de modo que si podían hacerlo no estaban tan dormidas, pero en eso estaban, se estaban durmiento y había 5 lámparas cuyo aceite se estaba acabando, cuya llama se iba extinguiendo poco a poco mientras avanzaba la noche... No atesoraron para sí buen fundamento para el futuro. Vivían el presente (1a Timoteo 6:19).
Otras 5 lámparas se mantenían bien encendidas ¿porque estaban llenas del Espíritu Santo!

A la medianoche se oyó un clamor, un grito para despertar a todos: "¡Aquí viene el esposo, salgan a recibirlo!"

Así que las vírgenes arreglaron sus lámparas, las adornaron, las pusieron en orden, las hermosearon (kosmeo). Habrá un Avivamiento antes de la segunda venida de Cristo, lo deseamos, lo necesitamos, lo buscamos y no vendrá sin antes desatar una ola de arrepentimiento. Cristo no vendrá por una novia (que es su Iglesia) maltrecha, mal preparada, greñosa, despeinada, sucia, no. El purificará su Iglesia por la que se entregó en amor, por una novia sin mancha ni arruga ni cosa semejante.

Las 5 insensatas pidieron aceite a las otras vírgenes pues sus lámparas se estaban apagando por la falta de combustible. Pero éstas no pudieron darle, les aconsejaron ir a comprar "a los que venden". Nadie puede darte la gracia de Cristo, o el Espíritu Santo, o darte la Presencia de Dios, nadie que no sea el mismo Espíritu Santo. No podés vivir chupando de la vida espiritual de otra persona, como un cristiano parásito fagocitador.

El aceite es bien personal, con alcance a todo tu medio ambiente. Lo que haces en privado (buscar a Dios) afectará todo tu ser y afectará a tu desendencia después de ti. El aceite se recibe solamente en comunión con el dador del Espíritu Santo.

Se cerró la puerta. También se había cerrado la puerta del Arca y los burladores quedaron afuera a merced de las aguas, y murieron; ninguno pudo entrar al Arca, pero ellos habían rechazado el mensaje y el testimonio, la predicación de Noé, por años y años de joda, de baile, de pachanga, de comilonas, de fiestas paganas, de vivir sólo buscando el placer, AHORA ERA DEMASIADO TARDE...

Se cerró la puerta.

Entraron con el esposo, sólo los que estaban preparados para la fiesta de bodas.


Entonces Jesús nos dice: Estén velando porque no saben ustedes ni el día ni la hora, ni el mes, ni el año en que Cristo ha de regresar.

Hoy, la Iglesia tiene entre sus miembros estos dos grupos de gente. Los insensatos, necios, que no se preparan para ir al encuentro de Dios, no lo buscan, pero en apariencia tienen una vida piadosa. Son descuidados, no tienen dentro el manantial, llevan en la mano, en el exterior, una aparente profesión de fe, pero no llevan en el corazón al Espíritu Santo, que es quien unge y consagra una vida, cuyo poder es necesario para resistir los embates de la tentación y del pecado.

Después tenemos el otro grupo de cristianos cuya vasija (el corazón) está llena del aceite del Espíritu Santo, consagrados integramente a Dios. La Palabra de Dios nos dice: "Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él mana la vida." (Proverbios 4:23)

Qué dramático y trágico momento cuando el esposo les dice que no las conoce. Quedan afuera de la fiesta. (Mateo 7:21-23): Señor en tu nombre hicimos esto y lo otro..."No los conozco, apártense de mí, hacedores de maldad".

Una cosa lleva a la otra. Si mantenemos la comunión con el dador del aceite, cuando El venga a buscar su Iglesia iremos con El, entraremos a la fiesta de bodas y no nos perderemos la fiesta por nada.

EB

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