Estamos en pie de guerra.

Este ha sido un año duro y difícil, donde hemos enfrentado a quienes levantan la bandera de la muerte y son inspirados por el príncipe de este mundo. Los hijos de este siglo. Hemos logrado victorias pero no está dicha la última palabra.

La Biblia nos enseña que nuestra lucha es espiritual, que no es "contra carne y sangre", es decir, no es contra seres humanos. (Efesios 6. 12-13). Es contra poderes que se mueven en la atmósfera sobre la tierra. Principados y potestades.



Estos poderes ejercen su influencia sobre gobernantes y autoridades puestos por Dios para ejecutar los planes divinos. Pero que en su obsecuencia y pecaminosidad hacen oídos sordos a los mandamientos de Dios que busca que tengamos paz y dicha. De esta manera obedecen al infierno.


Es por eso que las naciones se van alejando de Dios, mejor dicho los países, porque las naciones todas, los pueblos, razas y lenguas son parte de esa gran multitud vestidos con ropas blancas y con palmas de adoración delante del Cordero y del Trono de Dios. (Apocalipsis 7.9)

Quiere decir ya adelantándonos, que la Victoria Final está asegurada porque fue asegurada con el sacrificio, muerte y resurrección de Jesucristo en la cruz. (Col. 2.14-15). Es por eso que las naciones adorarán al Cordero y toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor. (Fil. 2.10-11).

Hemos llenado plazas en todo el país y caminado por sus calles, hemos inundado las redes sociales de mensajes a favor de la vida, en contra del aborto y la ideología de género, la educación sexual pervertida que se pretende imponer a través de la ESI, y todas las perversiones que van contra el orden natural, la biología, la ciencia en general.

Hemos ocupado el atril en el Congreso Nacional para defender la vida. Luego frente al Obelisco miles y miles levantamos la bandera argentina y nuestra voz fijando nuestra posición. Asimismo el miércoles 8 de agosto, con esa lluvia nocturna persistente y molesta, que no fue impedimento, llenamos la plaza del Congreso en una vigilia y el Senado dijo no y no fue ley el aborto.

Quiere decir que nuestra lucha no deja de ser espiritual aún cuando estemos en la calle, hagamos lo que hicimos y peticionemos ante las autoridades e impongamos todo tipo de recursos legales y moralmente aprobados para frenar la maldad.
LA CRUZ VACIA. CRISTO HA VENCIDO.

Pero las huestes de gente que manejadas por intereses externos con gran posicionamiento en los medios masivos de comunicación y una fuente inagotable de financiamiento, redoblan la apuesta sin escatimar costos ni siquiera de vidas humanas como han hecho con la bebita nacida en Concordia y dejada abandonada, llorando y sufriendo, agonizando por 10 horas en una bandeja frente a la vergonzosa indiferencia y cobardía de los médicos y enfermeras, los que por omisión o inacción o coacción no hicieron nada para ayudar a esta niñita que luchaba por su vida.

¿HEMOS DE QUEDARNOS QUIETOS O BAJAR LOS BRAZOS? ¿PENSAMOS QUE YA ESTA TODO HECHO? ¡NO! 

Debemos seguir orando, luchando, participando, ocupando la calle, insistiendo ante quienes nos gobiernan, haciéndoles ver la oscuridad, el abismo que se abre en una ciudad o territorio cuando se ejecutan este tipo de iniquidades, abriendo la puerta para un castigo memorable si no hay arrepentimiento y resarcimiento.


"La fe por sí sola, si no tiene obras, está muerta." (Santiago 2.17)


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