Vivimos en tiempos peligrosos

El apóstol Pablo le manifiesta a Timoteo en la segunda carta, en el capítulo 3:


3 "Ahora bien, ten en cuenta que en los últimos días vendrán tiempos difíciles. La gente estará llena de egoísmo y avaricia; serán jactanciosos, arrogantes, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, insensibles, implacables, calumniadores, libertinos, despiadados, enemigos de todo lo bueno, traicioneros, impetuosos, vanidosos y más amigos del placer que de Dios. Aparentarán ser piadosos, pero su conducta desmentirá el poder de la piedad. ¡Con esa gente ni te metas!
Así son los que van de casa en casa cautivando a mujeres débiles cargadas de pecados, que se dejan llevar de toda clase de pasiones. Ellas siempre están aprendiendo, pero nunca logran conocer la verdad. Del mismo modo que Janes y Jambres se opusieron a Moisés, también esa gente se opone a la verdad. Son personas de mente depravada, reprobadas en la fe. Pero no llegarán muy lejos, porque todo el mundo se dará cuenta de su insensatez, como pasó con aquellos dos.
10 Tú, en cambio, has seguido paso a paso mis enseñanzas, mi manera de vivir, mi propósito, mi fe, mi paciencia, mi amor, mi constancia, 11 mis persecuciones y mis sufrimientos. Estás enterado de lo que sufrí en Antioquía, Iconio y Listra, y de las persecuciones que soporté. Y de todas ellas me libró el Señor. 12 Así mismo serán perseguidos todos los que quieran llevar una vida piadosa en Cristo Jesús, 13 mientras que esos malvados embaucadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados. 14 Pero tú, permanece firme en lo que has aprendido y de lo cual estás convencido, pues sabes de quiénes lo aprendiste. 15 Desde tu niñez conoces las Sagradas Escrituras, que pueden darte la sabiduría necesaria para la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. 16 Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, 17 a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra."
Estos son tiempos peligrosos, difíciles. Las naciones promulgan leyes que "amplían los derechos", se habla mucho de los Derechos Humanos, de los Derechos y la protección de los animales, legislando hasta la última coma.
Asimismo crece la violencia y la impiedad siendo las mujeres, los ancianos y los niños las víctimas por excelencia en todo lugar. Días atrás un alto funcionario en una provincia muy importante de Argentina enfatizaba que debe cambiar la conducta de las personas, que apenas promulgada la ley para proteger a la mujer de los femicidios, éstos aumentaron.
El carácter de las personas en estos últimos tiempos se ha vuelto más agresivo, violento, la mentira es moneda corriente en las relaciones humanas, el soborno desde los funcionarios de gobierno hasta el último empleado, los abogados tuercen la ley junto con los jueces para no condenar a los homicidas, a quienes esclavizan a personas, a los ladrones y violadores.
En la familia falta diálogo, los hijos se levantan contra los padres y los padres contra los hijos. Podríamos ahondar más pero creemos que es suficiente.

LA VIGENCIA DE LA PALABRA DE DIOS
La Palabra de Dios es muy clara y contundente, actual, viva y eficaz. Dios ha enviado a su Hijo Jesús para que toda persona en todo lugar, en toda época, en toda cultura, raza o nación que decida creer en El, no se pierda sino que tenga esa relación personal con Dios que le asegura la Vida Eterna.
Vida Eterna, Vida Abundante. Nueva creación. Jesús lo hizo en la cruz cuando derramó por completo su vida en sacrificio y entrega amorosa reemplazándonos a nosotros que estábamos muertos en nuestros delitos y pecados.
El clavó allí el acta que con sus decretos nos era contraria e hizo la paz derribando el muro de separación entre Dios y el hombre y entre los pueblos.
Aquellos que hemos creído en Jesús y en su sacrificio en la cruz, en su entrega, muerte y resurrección tenemos la paz y la seguridad de estar escondidos en El.
Experimentamos la verdad divina en lo personal, en lo familiar y en lo que concierne a toda relación humana.
Si, por más oscura que sea la noche o tan profundo el valle en que hayas caído, Jesucristo te extiende hoy su mano amorosa para sacarte de las tinieblas a su luz admirable.


Para amarte eternamente y permitirte conocerle en persona.
Si oyes hoy su voz no endurezcas tu corazón, corre, ¡corre! A los pies de Cristo. Su gran Amor y Misericordia son para siempre.

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