Ha llegado la hora, hoy es el día

Lucas 4.16-19.

Jesús en el púlpito de la sinagoga

Luego de haber resistido a Satanás en el desierto, Jesús empieza su ministerio. Va a la sinagoga "como era su costumbre", él no dejaba de congregarse "como algunos tienen por costumbre", (Hebreos 10.25) y allí en la sinagoga toma el rollo del profeta Isaías y lo lee.

Pero más que leerlo, declara quién es El. El Ungido de Dios, el Mesías prometido. Siglos, profetas y generaciones habían pasado, incluso el mismo Isaías. Y un día en un rincón de un pueblito ignoto, en el lugar menos indicado para dar a luz un bebé, nacía Jesucristo, el Hijo de Dios. Lo que Dios ha declarado para tu vida, se hará, pase lo que pase. La Palabra de Dios tiene un gen imposible de modificar, porque está destinado a producir cosas nuevas y tremendas en las vidas de las personas que creen en Jesucristo.

Y allí en la sinagoga Jesús se da a conocer como el Mesías. Bien declara Juan "a los suyos vino y los suyos no lo recibieron", (Juan 1.11), porque los oyentes aquel día, pensaron algo así como: "¿este hijo de vecino qué se cree, acaso no es el hijo del carpintero?" Y se volvieron encendidos en ira contra el Hijo de Dios intentando quitarle la vida.

Jesucristo había declarado que su venida es para "anunciar las buenas nuevas", el Evangelio, las buenas noticias. Hay esperanza, hay una salida, hay solución. El no vino a condenar al mundo, "sino para que el mundo sea salvo por él", (Juan 3.17)y esa luz que alumbra a todo hombre llegó desde aquel oloriento establo en Belén, "para que nadie se pierda", (Juan 3.16).Pero los hombres prefirieron las tinieblas, eligieron y muchos eligen aún hoy en día seguir viviendo en oscuridad, no quieren venir a la luz para que sus malas obras no sean reprendidas y queden en evidencia. (Juan 3.19-20).

Cristo ungido para dar buenas noticias a los pobres. A los que aún teniendo todo no tienen nada y necesitan -como todos- de la esperanza y vida que hay en Cristo, de la limpieza y perdón de pecados que sólo se encuentran en El.

Anuncia que vino a sanar a los "quebrantados de corazón", aquellas personas engañadas, estafadas, abusadas, violadas, que sufrieron la traición y son víctimas de la mentira, del fraude y la desesperanza, cosas que han rasgado su corazón, que han herido su corazón. Jesús vino para pasar su aceite sanador por esas heridas, restaurando, sanando y haciendo todo nuevo. (2ª Corintios 5.17). Los que se creen sanos no tienen necesidad de médico y seguirán con su religión, abrazados a su yo, incluso algunos llevarán a su tumba el peso de no haber reconocido a Cristo yéndose a una eternidad oscura, tenebrosa y terrorífica.

Jesús vino para liberar a los cautivos. Hay tanta gente atada, presa, cautiva de las etiquetas con las que los demás los han catalogado. Esposos que atan a sus esposas. Mujeres que esclavizan a sus hombres menoscabándolos, despreciándolos cada día. Padres que maldicen a sus hijos tan sólo con palabras hirientes y duras, construyendo muros que los hijos no pueden escalar ni para mirar qué se ve del otro lado. Ataduras de abuso, cadenas de violencia y desprecio. Se rompen en el Nombre de Jesús. La unción que viene de El pudre todo yugo, libera a los cautivos, saca de las prisiones a los presos, viene la liberación, el año del jubileo, paga las deudas, vuelve todo a cero. No hay condenación. Borrón y cuenta nueva.

Los ciegos pueden ver ahora. Los que están cegados por las vendas mágicas de las sectas y de las religiones, de las prácticas hechiceras de adivinación y brujería. Los cegados por la religión y por dogmas de hombres. Los ciegos que tienen ojos y no ven, los ciegos espirituales, los ciegos físicos. Jesús viene para darles luz, y ojos para que vean. No hay más ciegos.

A los oprimidos les llega la hora de la liberación. Cristo está aquí. Basta de opresión. No más opresión por "el qué dirán", (la opinión de los demás), no más opresión por las deudas, no más opresión por la falta de esperanza, no más opresión de la miseria. Cristo vino para liberarte.

Este es el día, esta es la hora y este es el año "agradable" del Señor para tu vida. Al que cree todo le es posible. Dios que abrió el mar y el río para que su pueblo cruce como por tierra seca, el que con 5 panes y 2 peces alimentó a más de cinco mil personas, el que hizo llover pan en el desierto, el creador y sostenedor del Universo, El es y será, desde y hasta la Eternidad, el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. No hay Dios como Él, ni hay otro dios fuera de El. Sólo El es Dios.

EB

Comentarios

Entradas populares de este blog

Es tiempo de buscar a Dios, es hora de volverse a El

Profeta Hernán Acosta visita Esquel

¡Sigue adelante! ¡Persevera! ¡No te rindas!