Las respuestas divinas para el corazón humano
Es común que tengamos preguntas sin respuestas frente a una tragedia, frente a la depresión o la enfermedad. A veces no entendemos nada, queremos que Dios nos diga algo pero parece que hay silencio. Cuando vamos a la poderosa Palabra de Dios, allí tenemos un Dios que frente a la
nada y el desorden; creó. “Y la tierra
estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo…”
(Gén. 1.2). “ Y dijo Dios: sea la luz; y fue
la luz.” (Gén. 1.3).
Había caos, desorden, había
tinieblas, y la nada. Pero el Espíritu Santo estaba activo, moviéndose “sobre la faz de las aguas”, y Dios
creando y poniendo luz, separándola de las tinieblas, trayendo orden en los
días, meses y años, creando seres vivos, árboles, plantas, flores, animales,
peces, hasta que formó del barro al hombre y luego a la mujer.
Creando al ser humano a
imagen y semejanza de Dios, creándolo
con un propósito glorioso: para que lo adore, para que lo adore. “…según nos escogió en él desde antes de la
fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en
amor habiéndonos predestinados para ser adoptados hijos suyos por medio de
Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de
su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado.” (Efesios 1.4-6).
De un peregrino Dios levantó y
formó un pueblo para sí mismo. “Pero
Jehová había dicho a Abram: vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa
de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te
bendeciré.” (Gén. 12.1-2).
“Por lo cual también, de uno, y ése ya casi muerto, salieron como las
estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la
orilla del mar.” (Heb. 11.12).

Dios es el que hace, Dios es el
que da, Dios es el que multiplica.
Frente a una gran multitud, de
alrededor de 12 mil personas, hambrientas, que no tenían que comer, en medio
del desierto, Jesús les dio de comer a partir de sólo “cinco panes y dos peces” (Mat. 14.17). “…y tomando los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al
cielo, bendijo, y partió y dio los panes a los discípulos, y los discípulos a
la multitud. Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los
pedazos, doce cestas llenas. Y los que comieron fueron como cinco mil hombres,
sin contar las mujeres y los niños.” (Mt. 14. 19-21).
El mar está frente a ti y a tu
pueblo. Un mar inmenso, embravecido y no tienes cómo cruzarlo. Ni una tabla
para agarrarte de ella y tirarte al agua para intentarlo, ni un bote salvavidas
de plástico, y menos un chaleco salvavidas. Para colmo a tu retaguardia vienen
tus enemigos fuertemente armados y no para hacerte masajes, sino para matarte.
Y como si esto fuera poco, tu mujer, tus hijos y hasta las mascotas te
recriminan y se quejan y te dicen que en Egipto había suficientes sepulcros
como para que los hayas sacado al desierto para morir, y se quejan.
Y te pones a clamar y a ayunar,
pero Dios te dice ahora no es momento de clamar, ahora es tiempo de marchar.
Dile a tus hijos y a tu familia que
marchen, no se queden donde están, porque si se quedan ahí van a morir, el
enemigo los va a hacer puré; ¡marchen! ¡caminen! ¡muévanse! Alza tu vara,
extiende tu mano sobre el mar, ¡divídelo! Entren por en medio del mar, en seco.
Esto lo puedes leer en Éxodo
capítulo 14. “Y los hijos de Israel
fueron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas por muro a su derecha
y a su izquierda.” (14.29).
Dios le había dicho una vez a
Moisés desde aquella zarza que ardía en
fuego y no se consumía: “¿Qué es eso que
tienes en tu mano? Y él respondió: una vara.” Aquella vara fue una culebra
y con aquella vara Dios castigó a Egipto y con esa vara extendida frente al
mar, el mar se abrió en dos. (Ex. 4.2).
¿No tienes respuestas a tus
preguntas? ¡Dios tiene las respuestas! ¿No tienes salida para tu problema?
¡Dios tiene la salida!
El Dios que vos y yo tenemos es “Dios de dioses y Señor de los reyes”
(Dan. 2.36) No hay otro dios fuera de El. “NO HAY DIOS SINO YO”, declara en
Isaías 44.8. “…antes de mí no fue formado
dios, ni lo será después de mí. Yo, yo Jehová y fuera de mí no hay quien salve.
” (Is. 43.10-11)
Estaba el paralítico esperando
que un ángel, según se creía, mueva el agua del estanque en Betesda, hacía 38
años que estaba enfermo, estaba postrado y llegaba último cuando se movía el
agua, el que llegaba primero era sano pero siempre le ganaban la partida.
¿No tienes respuestas a tus preguntas? ¡Dios tiene las respuestas! ¿No tienes salida para tu problema? ¡Dios tiene la salida!
Vino Jesús y habló con él y le
preguntó si quería ser sano. “Jesús le dijo:
levántate, toma tu lecho, y anda. Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó
su lecho y anduvo.” ¡Gloria a Dios! Esta historia la puedes encontrar en el
Evangelio de Juan en el capítulo 5.
Dos ciegos vinieron a Jesús
pidiendo misericordia creyendo que él podía devolverles la vista. El les tocó
los ojos y les dijo “Conforme a vuestra
fe os sea hecho. Y los ojos de ellos fueron abiertos”.
Como si esto fuera poco vino un
mudo endemoniado. “Y echado fuera el
demonio, el mudo habló…” Todo esto gratis, lo podés encontrar en Mateo 9.
Pero hay una historia en Juan 11
que me llena de expectativa que me habla también el poder, del amor y de la
victoria de Cristo en la cruz, sin la cual no fuera posible echar demonios,
sanar enfermos, resucitar muertos, que los paralíticos caminen, los ciegos vean
y los mudos hablen.
“…antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí. Yo, yo Jehová y fuera de mí no hay quien salve. ” (Is. 43.10-11)
Estaba enfermo Lázaro, que junto
con María y Marta eran amigos de Jesús. Lázaro se murió. Jesús fue a la aldea
de Betania junto con sus discípulos y cuando él llegó ya hacía cuatro días que
Lázaro había muerto. Y Jesús le dijo a Marta: “Tu hermano resucitará.” (v.23)
“YO SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA ; EL QUE CREE EN MI,
AUNQUE EWTE MUERTO, VIVIRÁ. Y TODO AQUEL QUE VIVE Y CREE EN MI, NO MORIRA
ETERNAMENTE.” (25-26).
Jesús fue hasta el sepulcro que
era una cueva y que su entrada estaba tapada con una gran piedra. Hizo quitar
la piedra y levantó una oración al Padre. Después de esto, exclamó: “¡Lázaro,
ven fuera!”
“YO SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA ; EL QUE CREE EN MI, AUNQUE ESTE MUERTO, VIVIRÁ. Y TODO AQUEL QUE VIVE Y CREE EN MI, NO MORIRA ETERNAMENTE.” (25-26).
“Y EL QUE HABIA MUERTO SALIO, ATADAS LAS MANOS Y LOS PIES CON VENDAS, Y
EL ROSTRO ENVUELTO EN UN SUDARIO. JESUS LES DIJO DESATENLO Y DEJENLO IR.”
(V 44)
¡GLORIA A DIOS, GLORIA A DIOS!
Frente a la nada, Dios está
parado frente a la nada. Frente a la oscuridad, Dios viene para decretar y
poner luz. Frente a la escasez, Dios multiplica. Ante el mar de problemas y
dificultades, El te hace extender tu mano para partir el mar en dos y pasar por
tierra seca. De la esterilidad El es quien hace nacer un pueblo numeroso como
las estrellas del cielo. El demonio que te quiere atar y enmudecer, sale, para
Dios no es un problema. La parálisis, se va, El te hace levantar no tenés que
pasar años y años postrado esperando un milagro que no llega, es ahora. La
ceguera no es inconveniente para Dios, el da vista a los ciegos. La muerte, no
importa si pasaron cuatro días, se va y viene la resurrección, porque Jesús ES LA RESURRECCION Y LA VIDA.
Comentarios