Las advertencias de Jesús
En el capítulo 24 del Evangelio según San Mateo, Cristo, a pedido de los discípulos les declara las cosas que habrían de ocurrir en la tierra antes de su "Segunda venida".
Hoy vemos el cumplimiento de esta profecía dramáticamente. No solamente en la ocurrencia de fenómenos naturales drásticos como terremotos, inundaciones y las incontables guerras que se suceden unas a otras, sino en la "apostasía" que existe hoy en la Iglesia y en el mundo.
En el enfriamiento del amor. Si entendemos por esto que los hombres se han encendido en su lascivia unos con otros y asimismo la mujer ha dejado el uso natural para sentirse atraída por representantes del mismo sexo, cometiendo hechos vergonzosos unos con otros.(Romanos Capítulo 1 versos 26 y 27).
Y también podemos entender el enfriamiento del amor manifestado en la poca consagración a Dios por parte de quienes asisten a las reuniones o cultos, o asisten "a la iglesia", y en el enfrentamiento de unos contra otros, de padres contra hijos, de los hijos contra los padres, de los padres entre sí.
Agoniza la verdadera fe y el auténtico amor brilla por su ausencia. La Fe está sufriendo una gran sacudida, sólo los verdaderos discípulos de Cristo pueden aguantar la prueba.
En toda organización humana, o mejor dicho, en todo grupo social llámese club, la escuela, una empresa o la Iglesia, al haber seres humanos (gracias a Dios) hay conflictos. Muchas veces por conflictos en la Iglesia, que los hay y debemos superarlos o solucionarlos en amor, hay personas que abandonan la Fe, enojados con Dios, enojados con los pastores, enojados con los hermanos en la Fe. Brotan raíces de amargura que contaminan todo el medio ambiente.
El que practicaba la Fe, la abandona, poco a poco le da la espalda a Dios y comienza a vivir peor que un incrédulo, degradándose espiritual, moral, físicamente y acabando en la ruina.
Muchos tropezarán, se volverán de la fe al pecado. Tiempos de sacudida, tiempos de tormenta, sacuden y ahuyentan a muchos que parecían seguir a Cristo en días soleados y de calma.
"El que persevere hasta el fin será salvo", dijo Jesús, no porque la perseverancia produzca salvación o le otorgue al implicado el pasaporte a la Eternidad con Cristo, sino que la perseverancia es un claro indicio que estamos frente a alguien que ES salvo.
Perseverancia viene del término griego "huponemo", quiere decir mantenerse uno en pie en medio del conflicto, sobreponerse a la adversidad, no desplomarse bajo la tensión, estar uno firme, perseverar bajo presión, esperar calmada y valientemente. No es una pasiva resignación a la suerte, ni mera paciencia, sino la resistencia activa y enérgica a la derrota, lo que permite una clamada y valiente perseverancia.
Cristo nos advirtió acerca de los últimos tiempos. Estamos viviendo la última hora de la Humanidad y el Regreso de Cristo se acerca, el deseo del corazón de Dios es cumplir totalmente con sus propósitos. Nadie sabe el día ni la hora en estos tiempos difíciles, del regreso tan esperado. ¿Esperado?
.......
Pero bien declara el profeta: "Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado". Isaías capítulo 26 verso 3.
Debemos perseverar en esta confianza, prepararnos para lo que aún está por venir, porque estas cosas son SOLO EL PRINCIPIO DE DOLORES.
EB
Hoy vemos el cumplimiento de esta profecía dramáticamente. No solamente en la ocurrencia de fenómenos naturales drásticos como terremotos, inundaciones y las incontables guerras que se suceden unas a otras, sino en la "apostasía" que existe hoy en la Iglesia y en el mundo.
En el enfriamiento del amor. Si entendemos por esto que los hombres se han encendido en su lascivia unos con otros y asimismo la mujer ha dejado el uso natural para sentirse atraída por representantes del mismo sexo, cometiendo hechos vergonzosos unos con otros.(Romanos Capítulo 1 versos 26 y 27).
Y también podemos entender el enfriamiento del amor manifestado en la poca consagración a Dios por parte de quienes asisten a las reuniones o cultos, o asisten "a la iglesia", y en el enfrentamiento de unos contra otros, de padres contra hijos, de los hijos contra los padres, de los padres entre sí.
Agoniza la verdadera fe y el auténtico amor brilla por su ausencia. La Fe está sufriendo una gran sacudida, sólo los verdaderos discípulos de Cristo pueden aguantar la prueba.
En toda organización humana, o mejor dicho, en todo grupo social llámese club, la escuela, una empresa o la Iglesia, al haber seres humanos (gracias a Dios) hay conflictos. Muchas veces por conflictos en la Iglesia, que los hay y debemos superarlos o solucionarlos en amor, hay personas que abandonan la Fe, enojados con Dios, enojados con los pastores, enojados con los hermanos en la Fe. Brotan raíces de amargura que contaminan todo el medio ambiente.
El que practicaba la Fe, la abandona, poco a poco le da la espalda a Dios y comienza a vivir peor que un incrédulo, degradándose espiritual, moral, físicamente y acabando en la ruina.
Muchos tropezarán, se volverán de la fe al pecado. Tiempos de sacudida, tiempos de tormenta, sacuden y ahuyentan a muchos que parecían seguir a Cristo en días soleados y de calma.
"El que persevere hasta el fin será salvo", dijo Jesús, no porque la perseverancia produzca salvación o le otorgue al implicado el pasaporte a la Eternidad con Cristo, sino que la perseverancia es un claro indicio que estamos frente a alguien que ES salvo.
Perseverancia viene del término griego "huponemo", quiere decir mantenerse uno en pie en medio del conflicto, sobreponerse a la adversidad, no desplomarse bajo la tensión, estar uno firme, perseverar bajo presión, esperar calmada y valientemente. No es una pasiva resignación a la suerte, ni mera paciencia, sino la resistencia activa y enérgica a la derrota, lo que permite una clamada y valiente perseverancia.
Cristo nos advirtió acerca de los últimos tiempos. Estamos viviendo la última hora de la Humanidad y el Regreso de Cristo se acerca, el deseo del corazón de Dios es cumplir totalmente con sus propósitos. Nadie sabe el día ni la hora en estos tiempos difíciles, del regreso tan esperado. ¿Esperado?
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Pero bien declara el profeta: "Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado". Isaías capítulo 26 verso 3.
Debemos perseverar en esta confianza, prepararnos para lo que aún está por venir, porque estas cosas son SOLO EL PRINCIPIO DE DOLORES.
EB
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