Estamos en pie de guerra.
Este ha sido un año duro y difícil, donde hemos enfrentado a quienes levantan la bandera de la muerte y son inspirados por el príncipe de este mundo. Los hijos de este siglo. Hemos logrado victorias pero no está dicha la última palabra. La Biblia nos enseña que nuestra lucha es espiritual, que no es "contra carne y sangre", es decir, no es contra seres humanos. (Efesios 6. 12-13). Es contra poderes que se mueven en la atmósfera sobre la tierra. Principados y potestades. Estos poderes ejercen su influencia sobre gobernantes y autoridades puestos por Dios para ejecutar los planes divinos. Pero que en su obsecuencia y pecaminosidad hacen oídos sordos a los mandamientos de Dios que busca que tengamos paz y dicha. De esta manera obedecen al infierno. Es por eso que las naciones se van alejando de Dios, mejor dicho los países, porque las naciones todas, los pueblos, razas y lenguas son parte de esa gran multitud vestidos con ropas blancas y con palmas de adoraci