Es tiempo de buscar a Dios, es hora de volverse a El


“Buscad a Dios mientras pueda ser hallado, llamadle en tanto que está cercano…” Isaías 55.

¿Qué es buscar a Dios?
¿Se trata de una actividad religiosa?
¿Será cumplir determinada cantidad de tiempo en oración?
¿Buscar a Dios es leer la Biblia?

Sin lugar a dudas que la búsqueda de Dios incluye la oración y el estudio de la Palabra de Dios. Pero la respuesta a esta pregunta “¿Qué es buscar a Dios?” está a continuación en el mismo capítulo 55 del libro del profeta Isaías:

- Deje el impío su camino
- Deje el hombre inicuo sus pensamientos
- Vuélvase el ser humano a Dios

Buscar a Dios entonces, es arrepentirse, buscar a Dios lleva sí o sí implícita una actitud de ARREPENTIMIENTO. Es necesario determinarse a un cambio de vida. Es fundamental cambiar de dirección. No seguir el mismo camino. Bien dice la Palabra:

“Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte.” (Proverbios 14.12 y 16.25)

La persona dice voy bien, estoy disfrutando de la vida, lo cual en la jerga mundana quiere decir jarana, fiesta, baile, trasnochar, sexo fuera del orden de Dios: fornicación, adulterio, desorden, tomar alcohol, mezclar bebidas, juego, casino, velocidad, etc., y así, la persona, de continuar en esa actitud, en esa conducta, la veremos luego en el cementerio. Jóvenes ven truncadas sus vidas en accidentes automovilísticos en la madrugada, ebrios conducen a toda velocidad por las calles de la ciudad. Mujeres adolescentes embarazadas cuando ni aún conocen cómo funciona su propio cuerpo y no están preparadas, no están maduras para una relación estable y duradera y menos para criar y educar hijos.

Es que “la paga del pecado es muerte…” (Romanos 6.23).

Podríamos hablar de buscar a Dios temprano: “temprano yo te buscaré”; “madrugaré a buscarte”, como dicen el salmista y el profeta, o como asegura el rey Salomón: “Me hallan los que temprano me buscan”. (Sal. 63.1, Pr. 8.17, Is.26.9).

Pero buscar a Dios por más que madruguemos, no sirve si no hay arrepentimiento.
Sea temprano, de madrugada, a la tarde o a la noche: ¡Es hora de buscar a Dios! Y de buscarlo con una actitud de verdadero arrepentimiento.
Pareciera que hay gente que desea venir a la Iglesia, que desea ser bendecida por Dios, pero cuando se le habla de Arrepentimiento, abre grande los ojos y dice: “lo voy a pensar…” (el necio es sabio en su propia opinión).

ARREPENTIMIENTO es una palabra que no existe, no se usa en el vocabulario común y corriente. Los que mataron a miles de personas en la guerra sucia de las décadas del 70 y el 80 dicen “No me arrepiento…” y “lo volvería a hacer”.

Pero la poderosa Palabra de Dios dice: “Arrepiéntanse y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo, para perdón de los pecados; y recibirán el don del Espíritu Santo.” (Hechos 2.38).

Arrepentimiento significa que debe haber pesar en tu corazón por lo que has hecho contra Dios, por lo que has hecho contra otras personas; pesar, dolor, tristeza por el pecado, una tristeza que no es para muerte sino para vida. Todo lo que ofende a Dios es pecado.
Arrepentimiento es cambiar de dirección. Sin Cristo, la persona va en dirección al abismo, su fin es muerte.

Es necesario cambiar de dirección y que tus pies se dirijan en dirección a la vida, a la vida eterna. ¡Jesús es vida! ¡Jesús es el camino! (Juan 14.6).
Volverse a Dios.

El hombre o la mujer que anda por la vida sin Cristo, sin Dios y sin esperanza, conforme a sus propios pensamientos, de acuerdo a su particular manera de pensar, de enfocar la vida, es una persona que ha dado la espalda a Dios, por eso la Palabra de Dios hoy le dice: “Vuélvase a Jehová”.

Cambie de dirección.

¿Qué promete Dios para el arrepentido?
- “Tendrá de él misericordia
- “Será amplio en perdonar”
Isaías 1.16-18

Las montañas se pueden cambiar de lugar pero la misericordia de Dios se mantendrá firme. (Isaías 54.10).

Dios es bueno. (Sal. 25.8;100.5; Lm. 3.25; Neh. 1.7).
Dios es AMOR (1ª. Jn 4.8,16)
Dios es generoso (Is. 55.7b-NVI)
Dios es misericordioso (Dt. 4.31,2ª Cr. 3.9; Jn3.12)
La sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado (1ª Jn.1.7)
La sangre de Cristo nos redime (Ef. 1.7)
Nos lavó Jesucristo con su sangre (Ap.1.5 y 5.9)

EB

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